La realidad aumentada (RA) ha llegado para quedarse. Y es que la tecnología ha capacitado al arte de una dimensión nueva, desconocida y que, a día de hoy, sorprende e incluso entusiasma al espectador. En este artículo quiero centrarme en descubrir todas las posibilidades que nos ofrece basándome en mi propia experiencia, dejando para otro post los tecnicismos, así como las muchas herramientas y plataformas que cada día surgen en este ámbito.
En el verano de 2020, tuve la oportunidad de aplicar RA a una de mis obras. durante la la primera exposición de arte que se celebraba en Mónaco tras varios meses de confinamiento. Una ocasión tan especial merecía hacer apuestas diferentes. La idea no era otra que darle vida a la obra, sorprender al público con un trabajo que lejos de permanecer estático en la pared, pudiera crear una doble dimensión, tanto en la propia obra artística, como en la percepción que el público tenía de ella.
La pintura en cuestión era “Life is beautiful”. Un trabajo colorista, basado en una técnica mixta y protagonizado por una mujer inmersa en un mar de flores que homenajeaba la “dolce vita” monegasca. El toque distintivo, lo aporto la RA. Gracias a ella, el publico pudo ver a través de las cámaras de sus dispositivos móviles, cómo la obra cobraba vida y contaba su propia historia. Sin duda, una apuesta que mereció mucho la pena.
La pintura en cuestión era “Life is beautiful”. Un trabajo colorista, basado en una técnica mixta y protagonizado por una mujer inmersa en un mar de flores que homenajeaba la “dolce vita” monegasca. El toque distintivo, lo aporto la RA. Gracias a ella, el publico pudo ver a través de las cámaras de sus dispositivos móviles, cómo la obra cobraba vida y contaba su propia historia. Sin duda, una apuesta que mereció mucho la pena.
Valores añadidos, muchos y muy convincentes
–Originalidad
–Evolución
-Personalización de la obra
-Multimedia
-Interactividad
-Uso didáctico
-Versatilidad y ahorro
–La inmersión (literal) en el arte