Situada sobe dos grandes puertos, construida entre volcanes y rodeada por la cordillera Hunua la cordillera Waitakere, Auckland, es la ciudad más importante y grande de Nueva Zelanda. Una tierra donde las culturas maoríes, polinesias, asiáticas y europeas se fusionan y retroalimentan, siendo un punto de encuentro cosmopolita y abierto al mundo. Un enclave que puso su espectacular paisaje como el mejor escenario para la afamada trilogía de El Señor de los Anillos, ya que algunas de sus escenas fueron rodadas en los alrededores de esta ciudad, y también un enclave en el que las manifestaciones artísticas modernas y a tradicionales se pueden vivir en espacios icónicos como el teatro Aotea Centre, el Civic Theatre, el Dolphin Theatre, el Sky City Theatre o el auditorio Town Hall. Un amplio catálogo de espacios donde disfrutar del teatro, la música clásica o el ballet.
En este escenario de arte, naturaleza, modernidad y tradición, la Alianza Francesa de Auckland ha vuelto a ser el lugar de encuentro entre las culturas francófonas y las locales durante el “Mes de la Francofonía”, un evento que celebra en todo el mundo la diversidad y la riqueza de un legado que une en la amistad y en la construcción de un futuro prometedor a 29 países y a más de 300 millones de personas.
Durante este evento, que tuvo lugar durante el mes marzo, la Alianza Francesa de Auckland organizó un total de 10 actividades con más de 2000 visitantes que pudieron disfrutar de exposiciones, conciertos, muestras de cine, debates culturales, espacios gastronómicos y actividades lúdicas que han tenido como eje central la apuesta por la educación y la difusión del conocimiento a través de la innovación y la festividad. Sin duda, una manera excepcional y única de acercarnos a la francofonía desde la ciudad de Auckland y a través de la siempre apetecible apuesta cultural de la legendaria Alianza Francesa.
Como una admiradora incondicional de los All Black, debo reconocer que haber acercado mi obra hasta Nueva Zelanda ha sido un auténtico honor, un sueño hecho realidad y aún más poder celebrar junto con extraordinarios artistas la universalidad y la diversidad que supone la Francofonía. Mi más sincera gratitud a los excepcionales anfitriones por esta oportunidad de poder presentar mi trabajo en una comunidad tan bella, alegre y llena de talento. Felicidades por el éxito del trabajo bien hecho.
