Houda Bakkali: “La creatividad para entornos científicos requiere de un talento muy diferente al del lienzo en blanco”
“A la hora de abordar proyectos digitales, debemos perder el miedo y desterrar los prejuicios. Esto sólo se consigue con conocimiento profundo.”
“El arte está en todo y la capacidad de crear impacto visual, atraer e implicar al público en cada proyecto, es el gran reto, sea cual sea el proyecto.”
“Combinar arte y ciencia exige tiempo y conocimientos profundos en múltiples áreas.”
“Hay que pensar, sin miedo, en abrir nuevos escenarios para la divulgación de la ciencia, en particular y para todo lo demás en general, donde lo “clásico” y el futuro que ya tenemos todos a nuestro alcance, al menos, convivan. Importante hacerlo a tiempo, antes de que este futuro sea ya pasado, claro…”
Arte para la divulgación médica, ¿cuál es el punto de encuentro?
Siempre recalco que no hay ciencia más humana y más creativa que la medicina. El arte es un aliado estratégico tanto para la comunicación médica, en ámbitos como el infográfico, por ejemplo, como para acompañar en procesos terapéuticos. El arte relaja, emociona, entretiene, informa, es el compañero perfecto de cualquier viaje, también en los viajes que exigen los procesos curativos.
¿Cómo impacta la creatividad y las nuevas tecnologías en la divulgación médica?
En muchos aspectos. El proceso de divulgación busca hacer llegar la información al público de manera sencilla. Busca hacer entender y hacer participar. En el caso de la ciencia y de la medicina, que son áreas cuyos conocimientos son complejos y exigen especialización, divulgar implica hacer entendible y claro ese conocimiento. En este sentido, la fusión entre creatividad y herramientas digitales, ayudan a crear una multiplicidad de plataformas, medios y formatos para estructurar y difundir esos contenidos. Además de amplificar su difusión a través de espacios digitales. La visión y el sello particular de cada creativo puestos al servicio de este proceso de creación pueden fomentar una conexión más sólida con el público, crear una comunicación eficaz, eficiente y precisa.
No estamos hablando sólo de arte…, ¿cómo es el proceso?
No. Hablamos de un proceso que implica mucho conocimiento técnico. El resultado no debe ser solo “bonito”, si no absolutamente entendible y fiel al contenido fuente. Conocer el entorno de cada proyecto: el público al que se dirige, el espacio en el que se va a publicar, la trazabilidad a la que va a estar sujeto, la comunicación que va a tener, su vida útil, en este sentido, si tendrá o no actualizaciones, etc. A partir de ahí, se definen las herramientas, que están en continuo cambio, con lo cual los creativos debemos estar en continuo aprendizaje. Una vez se tiene claro todo esto, se inicia el proceso creativo que debe atender, muy especialmente, a crear en función del contenido. El estilo de cada artista marcará una parte importante de la personalización de estos proyectos, pero siempre, y esto es condición innegociable, el diseño debe estar en función del contenido. Aquí hablamos de que hay que entender los contenidos científico-médicos, jerarquizarlos, ordenarlos, crear una narrativa sencilla y precisa sin que pierdan su sentido primigenio, y, finalmente, trasladarlos a un espacio atractivo, entendible y ameno para que el público los entienda, para fomentar la participación entorno a ellos y lograr que el mensaje científico-médico se asimile. No es una tarea superficial ni cortoplacista ni meramente ornamental. Combinar arte y ciencia exige tiempo y conocimientos profundos en múltiples áreas.
¿En qué se traducen estos proyectos exactamente?
Cada proyecto es un mundo y necesita una planificación alineada con sus objetivos y con el público al que se dirige. Pero, en nuestro entorno cercano, el ámbito científico-médico sigue demandando medios “clásicos”, si me permites el término “clásicos”, como pueden ser webs, material audiovisual o catálogos. Me refiero a “clásicos” ya que estamos en un contexto en el que ya se ha trabajado y se trabaja el conocimiento científico-médico en entornos propios de la Web3. No hablemos del impacto de la IA, tanto como generadora como facilitadora de contenidos y espacios para la divulgación médica. Es cierto que ambos casos exigen un conocimiento experto en la materia, saber seleccionar las herramientas y mantener la disciplina del aprendizaje continuo para garantizar calidad, accesibilidad y participación. En estos contextos, los medios “clásicos” adquieren otra dimensión y un impacto muy diferente. Lo mismo ocurre con el uso de las redes sociales, crear un contenido divulgativo visual para ellas exige conocer muy bien de lo que estamos hablando, con juicio crítico y analítico. Aquí me remito a la reflexión tan interesante del doctor Josep Brugada sobre este tema.
Por otro lado, también es muy común la fusión de creatividad y nuevas tecnologías para proyectos edTech. En este sentido, el valor de la creatividad no sólo es sumatorio, sino que es protagonista. Hablamos de gamificar el conocimiento científico, crear espacios de inmersión a través de la realidad aumentada, reconvertir los documentos físicos en materiales interactivos y multimedia donde las presentaciones, las infografías, los podcast o los video-tutoriales adquieren un interés diferente, etc. Abriendo la formación sin limitaciones espaciales, generacionales ni temporales.
Lo clásico frente a la innovación, ¿qué retos tenemos por delante?
A la hora de abordar proyectos digitales, debemos perder el miedo y desterrar los prejuicios. Esto sólo se consigue con conocimiento profundo. Es importante ir alineados con los tiempos en los que vivimos. No se trata de experimentar, sí de formarse y de conocer lo que existe, implementarlo con criterio. Buscar resultados por encima de lo ya conocido y que funciona. Apostar por las nuevas tecnologías no sólo como herramientas divulgativas y comunicativas, si no herramientas que impulsan el crecimiento, que son inclusivas, que mejoran la accesibilidad y la usabilidad, que reducen tiempos de producción, que permiten medir y personalizar, etc. Hay que pensar, sin miedo, en abrir nuevos escenarios para la divulgación de la ciencia, en particular y para todo lo demás en general, donde lo “clásico” y el futuro que ya tenemos todos a nuestro alcance, al menos, convivan. Importante hacerlo a tiempo, antes de que este futuro sea ya pasado, claro…
¿Hasta qué punto el arte crea un valor diferencial en estos contenidos?
Lo primero es el estilo personal del artista, eso es algo muy único e irremplazable. Después la capacidad creativa, la capacidad para crear estrategias de impacto visual eficaces y atractivas, pero lo más importante, como comentaba antes, es atender en ese proceso de creación a los contenidos y a la versatilidad de las herramientas y contenedores. Personalizar al máximo cada contenido, completar las narrativas tradicionales con creatividades de impacto que fomenten la participación y la colaboración. Crear experiencias únicas alrededor del conocimiento científico-médico con el estilo único del artista.
Esto abre nuevas oportunidades a los artistas
Sí. También exige mucha responsabilidad y un reciclaje continuo en muchas áreas, no es sólo creatividad. Aquí se trabaja con briefings largos, documentos de cientos de páginas que quedan en manos de los creativos para que le demos forma, no sólo nuestro sello estético, si no que seamos capaces primero de traducir el lenguaje científico a un lenguaje comprensible y además estructurarlo de manera visual a través de diferentes formatos y plataformas sin que pierda su sentido, y un muy largo etcétera. La creatividad para entornos científicos requiere de un talento muy diferente al del lienzo en blanco.
¿Se compatibiliza bien este proceso creativo con la creación de tu obra artística?
Sí. Yo lo llevo haciendo muchos años, es atractivo, es adictivo, motiva a estar siempre alerta y bien informado sobre muchos ámbitos de la creatividad y las nuevas tecnologías que al final siempre acaban enriqueciendo mis trabajos más personales. Exige disciplina y eso es muy bueno. Al final, el arte está en todo y la capacidad de crear impacto visual, atraer e implicar al público en cada proyecto, es el gran reto, sea cual sea el proyecto.
¿Para cuándo tu próxima exposición?
Próximas y en Barcelona. Serán después del verano, y con la figura femenina como protagonista, con el foco en las nuevas tecnologías, en la divulgación, en los retos del arte digital y, lo más importante, entre amigos.
Actualmente sigue tu obra expuesta en Bahrain, ¿cómo está siendo la experiencia?
Excepcional. No sólo está en Bahrain, sigue en más sedes de la Alianza Francesa (AF) y otras instituciones colaboradoras en diferentes países. Bahrain ha sido, está siendo, una experiencia magnífica, desde el Noviembre Digital hasta hoy. Con una respuesta muy cariñosa del público, de los medios locales, y los anfitriones excepcionales AF. Es, como todas las demás exposiciones que tengo activas ahora mismo y las que he realizado con la AF, una muestra con un enfoque didáctico y participativo, abierto a todas las comunidades. Esa sinergia es espectacular y más espectacular aún la energía de tantas culturas distintas y lejanas. Un honor y un privilegio, desde luego.
¿Habrá más exposiciones este año con la Alianza Francesa?
Espero que así sea. Estoy trabajando en ello con equipos excepcionales y anfitriones excepcionales. Pero primero Barcelona. Eso siempre y lo sabes.