Arte con alma y arte con tecnología. Aquí las obras que creo y las ideas que a veces pienso. Pero todo puede cambiar. | Houda Bakkali
Arte con alma
Yo soy VS Yo hago
El arte que yo creo, a veces existe y otras no existe, pero ilusiona de maravilla. Mi obra va a contracorriente, es decir, va en la corriente correcta y está llena de deseo por la vida. Cuando la pienso y la creo, hago que haga cosas y que cuente historias. Que invite a soñar, a escuchar, a entusiasmar. Yo quiero hacer cosas muy diferentes, únicas, aún no inventadas que en algún instante tengan un poder ilimitado para lograrlo todo. Trabajo constantemente en ello, sé que las claves están en mi cabeza y nada me altera ni me distrae. Todo es anecdótico. Y si la gente me pregunta qué soy, siempre respondo que yo no soy. Yo simplemente hago cosas. Yo hago. Y me apasiona todo lo que hago y que la gente lo descubra, lo entienda, lo disfrute, lo quiera y se acuerde de cada detalle. Mi obra siempre está a tiempo de todo. Sólo compite consigo misma y quiere siempre ser la primera en hacer felices a quienes la contemplan, atemporal, única y distinta. En ella, sólo cabe la belleza, la alegría, las noches de fiesta y las mañanas de mar. Es incansable porque sabe que no tiene final, que un día será otra obra, se reinventará con otras historias y otras miradas y será capaz de conquistarlo todo nuevamente. Mi arte lo quiere todo, lo abarca todo, es para todos y es para siempre. Cada una de mis obras empieza a la misma hora, con los mismos… Yo quiero hacer cosas muy diferentes, únicas, aún no inventadas que capaces de lograrlo todo. Trabajo constantemente en ello, sé que las claves están en mi cabeza y nada me altera ni me distrae. Todo es anecdótico. Y si la gente me pregunta qué soy, siempre respondo que yo no soy nada. Yo simplemente hago cosas. Yo hago. Y me apasiona todo lo que hago y que la gente lo descubra, lo entienda, lo disfrute, lo quiera y se acuerde de cada detalle. Mi obra siempre está a tiempo de todo. Sólo compite consigo misma y quiere siempre ser la primera en hacer felices a quienes la contemplan. En ella sólo cabe la belleza, la alegría, las noches de fiesta y las mañanas de mar. Es incansable porque sabe que no tiene final, que un día será otra obra, se reinventará con otras historias y otras miradas y será capaz de conquistarlo todo nuevamente. Mi arte lo quiere todo, lo abarca todo, es para todos y es para siempre. Cada una de mis obras empieza a la misma hora, con los mismos…
El arte como el amor, no tiene edad
El arte digital es inclusivo, multidisciplinar, bidireccional, participativo, novedoso y está abierto a todos los espacios y a todas las gentes. Es un nexo de unión perfecto entre diferentes las generaciones, crea sinergias y rompe cualquier estereotipo y hasta es capaz de ilusionarnos y hacernos más felices.El arte digital va más allá del arte. Supone una potente herramienta para informar, formar y entretener. Supone poner las nuevas tecnologías al servicio de la creatividad para crear mensajes con impacto, trasladar información y contenidos de cualquier ámbito de la realidad y de cualquier disciplina a través de una mirada artística que logre entusiasmar y hacer que el mensaje se recuerde e invite a la acción. Todas estas utilidades y usos del arte digital nos muestran la oportunidad de adoptar sus narrativas y herramientas para empoderar a jóvenes y mayores. Crear espacios inclusivos en los que enseñar a hacer, a crear y desarrollar proyectos que crezcan y perduren en el tiempo, siguiendo la propia idiosincrasia del arte y de las nuevas tecnologías digitales que permiten un reciclaje y un aprendizaje continuo. Nos permiten entretejer elementos interactivos, multimedia, realidad virtual, realidad aumentada, espacios inmersivos, etc., nos permiten sumar altas dosis de entusiasmo, de fantasía y de diversión a los contenidos. Generan curiosidad e invitan a participar de manera activa en cada proyecto y en cada debate sobre estos nuevos ecosistemas del arte que van mucho más allá del arte.
“Creo obras sencillas en las que busco transmitir un mensaje positivo y esperanzador. Un mensaje fácil de entender y de recordar.” | Houda Bakkali
¿Qué es el arte digital?
El arte digital es como cuando quieres hacer algo enorme con pequeñas cosas y de repente sabes cómo y no dudas ni por un instante en crear las formas, los colores, los movimientos y los sonidos. Y lo que piensas aparece y hasta lo puedes tocar. Y si la historia cambia puedes reinventarla. Y los sentidos se dejan seducir y la realidad imaginada no es una falacia porque está ahí y la ves, la sientes, y hasta el mundo parece más divertido y abarcable. El arte digital es tocar aquí o allí con mucha curiosidad y experimentar sin miedo, creando historias perfectas e infinitas para ilusionar, fascinar, acompañar y hacer felices a quienes se encuentran con ellas. Es una herramienta para la felicidad que va más allá de la estética, del tiempo y del espacio. Cuenta historias, subraya ideas, motiva acciones, rescata legados, reencuentra generaciones, genera compañía, rompe la soledad y el silencio, entreteje el pasado, el presente y el futuro a través de la innovación y la fantasía. El arte digital permite que lo manipulemos sin remordimientos y nos deja acercarnos a sus infinitas posibilidades para crear obras donde la ilusión es la protagonista. No tiene edad, vive apasionadamente todas las horas del tiempo. Es universal, es de todos y para todos. Se recrea en la belleza y no entiende de frustración ni atiende a expectativas. Fusiona historias imposibles que en la imaginación eclosionan en ese círculo soñado y perfecto. Se exhibe sin pudor, pero su mejor versión es siempre la secreta. Es impulsivo, aunque espera con calma su momento. Puede ser como un gran espectáculo clandestino que tienta y maravilla, que nos invita a caer en sus tentaciones, diferentes y apetecibles. Se rodea de vanidad, de expectación, de lo efímero e impredecible. Piensa en la técnica, pero se hará eterno con el estilo. Es deseable, ambiguo, indeciso, irreverente, incisivo, rebelde, a veces convincente y, casi siempre, pretendidamente frívolo. Puede aparecer en cualquier lugar y en cualquier momento, a través de sus diferentes versiones, formas y sonidos. Se deja tocar, escuchar, hacer y deshacer. Se mueve entre ritmos inimaginables y también se deja contemplar serenamente. Nos mantiene muy activos, en continuo aprendizaje, con la curiosidad de quien quiere descubrir siempre más y es que siempre hay algo más por descubrir. Podemos tantearlo, jugar con él, sumergirnos en sus capas, crear experiencias dinámicas, amables, que nos fascinen y nos unan, capaces de adaptarse a cada momento y a cada emoción. Nos permite soñar con formas dispares y colores infinitos. El arte digital puede ocupar grandes museos o estar sólo en nuestra imaginación. Puede extenderse sobre lienzos pensados para ser eternos o puede dibujar alegría en nuestra memoria cuando lo recordamos. Puede confundir, impactar, sorprender, emocionar pero, fundamentalmente, divierte. No pasa desapercibido ni tiene prejuicios porque siempre experimenta. El arte digital es maravillosamente útil para entusiasmar, para divertir, para crear momentos llenos de intensidad y de alegría, para convertir la felicidad en una moda que no pase de moda. Es arte en diferentes formas y en todas sus formas, en todas sus ideas y en cada una de sus mejores versiones.
Para ganar hay que competir. El arte compite constantemente consigo mismo y quiere siempre ser el primero en todo, atemporal, único y diferente. El arte, aunque parezca cercano, es inalcanzable. Aunque parezca sencillo, es incomprensible. Aunque parezca de todos, es sólo de sí mismo. El arte se puede permitir todos los lujos. No se justifica. Se defiende solo. El arte es el estilo. Nuestro estilo nos hace únicos.
Are fácil de entender
Pienso que lo que no se ve no existe y lo que no se explica -lo que no se dice con claridad- no se entiende. Por eso he querido sumar siempre a mi obra una parte divulgativa, en la que acercar mi proceso creativo al público y compartir con él mi visión, experiencia y también las herramientas con las que creo esa ilusión imaginaria -pero al mismo tiempo visible- llamada “realidad aumentada”. El arte digital es útil para informar, formar y entretener. Hace que el arte sea más accesible, más sencillo y lo democratiza -aunque sólo parcialmente-. El lienzo estático empieza a tener un valor más allá del arte, gana nuevos usos y una nueva utilidad capaz de crecer y adaptarse a nuevos espacios, historias y actores. De este modo, las nuevas tecnologías ayudan a crear un ecosistema dinámico y creativo enfocado a potenciar una comunicación más eficaz, más divertida y mucho más entusiasta, que contagie alegría y motive a la acción. El arte digital es aritmética y es comunicación. Es experiencia y es continuidad. Es sorpresa y es ilusión. Es poder conquistar el mundo y es imaginar un futuro inimaginable. Eso es lo que comparto -desde hace muchos años-.
La felicidad está de moda
No todo en la vida es felicidad, la felicidad son momentos breves, apenas los apreciamos cuando llegan. Pero creo que la vida es un desafío continuo y una actitud positiva nos motiva a la acción. Mi trabajo tiene el desafío de sorprender y acercar este concepto. Convertir el arte en ese escaparate, un refugio de felicidad aunque efímero, pero que nunca pasa de moda, que se repite tantas veces como sea necesario. En mi trabajo trato de transformar el optimismo en una actitud.
Arte reconocible
Creo obras fieles a mi estilo, reconocibles, también creo obras infinitas hechas de infinitas versiones. Con todos los personajes y con todas sus historias y con todos sus escenarios. En mi obra lo quiero todo porque en mi obra tengo espacio para todo y para todos. El arte digital me permite crearlo todo, las veces que quiera, en el momento quiera y como quiera. Me permite hacer obras que no acaban nunca y que crecen con el tiempo, crecen con todas sus versiones y dando siempre su mejor versión. Obras que compiten consigo mismas para ser las mejores y las primeras en entusiasmar y en hacer felices a quienes las contemplan. Sin tiempo. Sin límites.
A contracorriente
Mi obra lo quiere absolutamente todo, sin miedo a la ambición, sin miedo a que la quieran. Es el arte de convertir la felicidad en un hábito, en una estrategia, en un desafío, en una defensa o en una reconciliación. Uso mi arte como herramienta para conversar, porque mi arte habla -de belleza- y sabe escuchar. Hago arte porque quiero inundar el mundo de entusiasmo y crear obras capaces de vencer el miedo -obras alegres de historias alegres-. Quiero que mis obras conquisten con creatividad mundos lejanos y opuestos. Mi arte usa como armas el poder de la ternura y la fascinación de la belleza. Usa palabras amables, las adecuadas. Piensa en todos los detalles, tiene visión de futuro. Sabe esperar, pero sigue su propio ritmo. Se mueve entre la euforia y la serenidad de quien planifica cada pincelada. Con mi obra quiero cautivar, asombrar, divertir. Ir mucho más allá del arte. Yo quiero hacer cosas diferentes, únicas, que en algún instante tengan un poder ilimitado para cambiarlo todo. Es ese dinamismo cautivador que inmortaliza mi obra, con historias poderosas, esas que no necesitan focos ni titulares para brillar.
Creo historias que cambian, se reinventan, crecen y creen en un futuro de sueños cumplidos. Creo mi obra de mil maneras distintas, a cualquier hora, en cualquier lugar. Siempre a mi manera. Son esas historias de la fuerza invencible del cariño y del entusiasmo contagioso. En mi obra convierto los azules del mar en fiestas de colores, divertidas y cercanas, fiestas de frases cortas, muchos besos y abrazos fuertes. Historias que no acaban nunca y que aman todas las cosas bellas de la vida. Las que van a contracorriente porque esa es la corriente correcta.
El público decide
El arte y sus ecosistemas: más comerciales, más elitistas o más íntimos. Con críticos, sin críticos. Con intermediarios, descentralizado. En digital o en analógico. Al final: el público decide. El público elige. El público complementa. El público observa. El público mantiene en el recuerdo o deja en el olvido. El público paga. El público invierte el bien más valioso: su tiempo. Enorme responsabilidad crear en un contexto en el que el arte fluye a enorme velocidad y volumen, con tantos nuevos agentes y tantos nuevos discursos. Gran privilegio continuar años después con la misma ilusión pensando y creando para el entusiasmar a la gente, sorprenderla y hacer que formen parte de mis obras, creando vínculos que se han hecho fuertes a lo largo del tiempo. No hay mayor utilidad que hacer felices a los demás. Durante todos estos años, mi trabajo ha sido compartir todas las versiones de mis creaciones y reinventarlas, también dar siempre la mejor versión de cada una de ellas. Con pasión. Por supuesto, observando a ese público exigente que mantiene viva mi obra.
Lo quiero todo
Repito muchas veces que “lo quiero todo”, porque realmente todo me encanta y me apasiona. Las cosas pequeñas y los sueños más grandes. Creo obras que deben saber abarcarlo todo, que quieren estar en todo y con todos. Cada día nos puede sorprender con miles de historias diferentes, con gentes diferentes y yo quiero que mi obra esté en todas esas historias y que todas esas historias estén en mi obra. Lo apasionante de mi trabajo es que tengo el poder de cambiarlo todo. Experimento. Trabajo con lienzos, pero también con obras virtuales y audiovisuales. Eso me da la libertad de crear las historias, reinventarlas, cambiarlas, continuarlas…, en mi trabajo cabe todo y caben todos. Es una obra pensada y hecha para que crezca en buena compañía, entre sueños cumplidos, momentos divertidos, ideas similares e ideas diferentes, miradas curiosas y abiertas al mundo, personajes que escuchan con calma, que inspiran, capaces de generar deseo y momentos felices para repetir infinitamente. Lo quiero todo.
El arte sirve para…
El arte sirve para muchas cosas, una de ellas -para mi la más importante- hacernos felices y hacer felices a los demás. Alegrar. Provocar una sonrisa. Provocar momentos de festividad que nos entusiasmen debería ser un hábito irrenunciable. Mi arte busca crear esa festividad. Cuando consigo entusiasmar al público con mis obras, todo lo demás viene solo. No hay que justificar nada y todo sobra. Se pierde el miedo y la autenticidad de las cosas sencillas empieza a construir historias y a crear sinergias inspiradoras que duran y motivan, y se hacen más fuertes con el tiempo.
El arte que sobrevive
El arte no es una cuestión de técnica, ni de tecnología, ni de discursos, ni de focos, ni siquiera del poder del marketing. El arte solo convence y perdura en el tiempo, en la memoria y en el corazón de la gente si tiene alma. En un mundo en el que, prácticamente, todo está inventado y en el que todo es accesible, efímero y maleable, el arte que sobreviva, el que verdaderamente triunfe, es aquel capaz hacer felices a quienes lo contemplen. Aquel que no se olvide, el que permanezca siempre cerca, el que no muera jamás. El arte hecho con el alma.
El arte universal
El arte debe ser un bien de valor universal. Llegar al público es la finalidad de mi obra. Que la gente pueda conocer las motivaciones de mi trabajo, las herramientas que uso, mi proceso creativo pero, sobre todo, que las pueda ver, tocar, oír y sumergirse en ellas. Los espacios públicos son los escenarios perfectos para compartir mis creaciones, ya que es una manera de acercar al público mi obra y proceso creativo de manera cercana, gratuita y abierta, la mejor manera de democratizar el arte es compartiéndolo. Trabajar con herramientas digitales me posibilita crear proyectos más sensoriales. De alguna manera, la tecnología humaniza mi obra. Creo pensando en el público, en cómo conectar con el espectador. Sea cual sea el tema de mi trabajo, busco siempre trasladarle una visión optimista, festiva, esperanzándola, incluso irónica y con cierto punto de frivolidad, que la imaginación vuele hacia la dolce vita y que haya lugar para el carpe diem. Me gusta crear obras sencillas de entender, busco la fuerza de la belleza, los colores intenso, el ritmo. El arte, en definitiva, es todo lo que podamos imaginar y más, también es espectáculo. A mi me gusta que mi obra tenga esa parte de espectáculo y espectacularidad, que sorprenda y que la gente lo pase bien mientras se acerca mi trabajo, que sientan curiosidad no sólo por la obra y sus motivaciones, también por el proceso creativo. Creo composiciones festivas buscando trasladar los mensajes a través de una visión amable, divertida y dinámica, que invite al público a conocerla desde dentro, a jugar con ella y a seguir su evolución a lo largo del tiempo. Me gusta darle al espectador no sólo todas las versiones de mis obras si no también la mejor versión de cada una de ellas. Creo en la utilidad del arte, y nada más util que divertir, compartir conocimiento, contar historias a través de una mirada esperanzadora y colorista, y hacer felices a quienes visitan mis exposiciones.
Cuestión de estilo
El arte es una cuestión de estilo. De cosas pequeñas. Letras, flores, miradas, ideas, dudas, recuerdos, conversaciones, momentos, encuentros, ilusiones y mucha curiosidad. Es grandes dosis de cariño, entusiasmo y alegría. Me gusta crear cosas sencillas, cotidianas, reinventadas y repetidas. Dicen que lo que se repite se recuerda, me gustaría que la gente recordara mi estilo porque le hace soñar con cosas alegres y felices. La técnica se aprende, el estilo nos hace únicos.
PROCESO CREATIVO
Generadores de riqueza
Porque el arte puede ir más allá del arte, prefiero no dejarlo sólo en el arte. Los artistas generamos riqueza de muchas maneras diferentes. Compartimos nuestras motivaciones, ideas e historias, con la temeraria valentía o descaro de exponernos a los ojos de la gente e invadir su espacio con nuestras creaciones. Generamos riqueza con talento e incluso con talante. Nuestras obras también pueden hablar más allá de la dimensión estética. Mis obras buscan la utilidad compartiendo mi conocimiento, mis herramientas y mis procesos creativos. De manera pública, cercana, cara a cara. Nuestra riqueza es buscar cada día todos los caminos para llegar al corazón y la memoria de la gente. Creamos, imaginamos, soñamos, comunicamos, viajamos, trabajamos, trabajamos mucho, para que nos vean, nos escuchen e incluso, que nos recuerden. Que recuerden, sobre todo, que somos profesionales y como tal, trabajamos para dar la mejor versión de todas y cada una de nuestras versiones. El arte es un bien de lujo, hecho para las élites. Hoy, el arte digital habla de descentralización y permite que los artistas nos acerquemos directamente al público buscando, como en mi caso, generar epidemias de felicidad y esperanza. Buscando ese grito de libertad que sale de las entrañas, ingrato, efervescente, apasionado, capaz de hacer que otros vean lo que ni yo he creado y ni soy capaz de imaginar. Mi obra es para todos. Es para el Casino de San Remo y sus museos, y también para los mochileros de la Patagonia que inundan de alegría esta sala de exposiciones del Aeropuerto de Málaga. El arte debe ser un bien universal y los artistas debemos estar abiertos a todo y a todos, sin excepciones. El arte debe unir, cerrar círculos de perfección y belleza.
¿Qué es el arte?
El arte está por encima de todo. No compite con nada, con nadie, ni siquiera con el tiempo. El arte compite consigo mismo. No tiene edad ni le hace falta hablar de ella. Es eterno. Sus días de gloria no acaban, los reinventa. Le sobran las palabras, porque lo dice todo. Le sobran los focos, porque lo ilumina todo. Se puede permitir todos los lujos, hasta el silencio que lo libera de todas las condenas. En el silencio encuentra respeto. En las palabras se pierde. Porque la fuerza de la palabra, aún repetida y repetida y repetida, puede aburrir. El arte está en su sitio y va más allá, va donde quiere. Piensa con grandeza, actúa con grandeza. Es grandeza. En el arte cabe todo, está abierto a todo y a todos. El arte no busca nada. El arte solo ofrece. Ofrece tiempo, ese tiempo que nos queda para brindar por la felicidad. El tiempo que nos ofrece para aprender a entusiasmarnos con las cosas pequeñas que juntas nos hacen mirar mucho más allá de los mundos conocidos. El arte es acción y la acción es pasión. En el arte se crea. Se hacen cosas. El arte hace que pasen cosas y que se recuerden. No hay arte pequeño, ni vulgar, ni antiguo, ni moderno. Hay callejones de arte con infinitas salidas que diluyen las incertidumbres y las reinventar en historias llenas de color y belleza. Tangibles. Con sonido. Con formas y movimientos. El arte es grandiosidad. Se rodea de todo y de todos. De halagos y de críticas. De los mejores y de los peores. En el arte no hay nada definitivo, ni hay modas ni pasa de moda. El arte está lleno de círculos perfectos de deseo y busca más allá de lo mundano. Comparte a través del lienzo narrativas entusiastas, verdaderas e inventadas, las únicas capaces de convencer y hacer más felices las horas. Es tangible aún siendo imaginado. Se puede medir. Perturba y enamora. No deja nunca indiferente. No se olvida, nos agita la imaginación. El arte enseña a construir, a unir, a admirar, a querer, a crear momentos que nunca acaban. Transforma la nostalgia en sonrisas. Crece haciendo lo que le da la gana. Es libre. El arte está tan fuera de lo normal que todo lo normaliza. Todo lo arregla, todo lo une. No se prodiga ni se justifica. Convierte el dolor en fantasía. Abraza la historia y da paso a lo nuevo, sin más. Observa con curiosidad. No pone en duda el paso del tiempo, lo disfruta intensamente. El arte no personaliza, pero hace que cada persona sea única, eterna. El arte es autenticidad. Tiene el poder de lo universal, de lo imprevisible y de lo maravillosamente irreversible. El arte va más allá de la ética, de la estética, del discurso y de la reivindicación. El arte habla de cosas lejanas y atemporales. El arte es una dimensión tan especial, distinta y profunda que ahoga. Está fuera de cualquier espacio, de cualquier tiempo y de cualquier época imaginable.
Arte con tecnología
Mi trabajo fusiona diferentes técnicas, se basa en herramientas digitales porque la versatilidad que permiten me parece muy atractiva y útil, lo vengo aplicando desde hace años, porque el arte digital no es nada nuevo. Pero, en realidad, todos mis trabajos son físicos. Me encanta la parte material del arte y no podría prescindir de ella. Trabajo con acrílico, con óleo, incluso con collage, y las herramientas digitales se integran o fusionan con las tradicionales y crean esa parte innovadora, lúdica, sorprendente e infinita de mi trabajo.
En el metaverso
Después de unos años experimentando con los espacios inmersivos y posibilidades del metaverso y usándolos como herramienta comunicativa, divulgativa y promocional, nada mejor que adentrarnos y conocer un poco más estos entornos virtuales, al alcance de todos gracias a herramientas gratuitas, potentes e intuitivas que existen en el mercado y que nos permiten no sólo crear y personalizar estas plataformas, crear nuestros avatares, compartir contenido, crear comunidades y hacer un networking virtual divertido y diferente, sin limitaciones espaciales ni temporales y abierto para todas las generaciones, si no también poder monetizar contenidos digitales a través de ellas. El metaverso puede ser una plataforma sumatoria para la difusión del arte y la cultura, -y para cualquier tipo de disciplina- permite llegar a nuevas audiencias, experimentar con nuevas tecnologías y brindar nuevas oportunidades dentro de un nuevo ecosistema digital. Usos sumatorios y útiles más allá del marketing.
Espacios inmersivos
Algunos de los valores añadidos de las exposiciones inmersivas son acercar el arte a un público heterogéneo a través de muestras en las que la espectacularidad es protagonista. Ayudan a universalizar el arte, hacerlo más cercano, más divertido y entendible. El uso de las nuevas tecnologías sirve para crear juegos cromáticos, fantasías lumínicas, recreaciones sonoras o narrativas virtuales e inmersivas de las obras de arte, de las vidas de los artistas y de sus procesos creativos. Fomentan una mayor y mejor divulgación del arte, pudiendo servir como un primer contacto con la obra, acentuando el foco en su versión original y haciéndola más deseable, ampliando la información y amplificando los detalles de cada lienzo sin limitaciones espaciales y en tiempo real. La tecnología permite entretejer el píxel y el pincel, fomentando nuevos contextos que van mucho más allá de fomentar el arte, en reciclaje continuo, con capacidad de sorprender y reinventarse. Fomentando otras riquezas más allá de las culturales, sirviendo como herramientas para dinamizar el turismo al rededor del arte y la creatividad.
Marketing y diversión
El arte digital supone retos y oportunidades para los artistas. También una potente herramienta comunicativa, de marketing y lúdica que permite implicar más al público en las creaciones a través de diferentes plataformas y medios físicos y virtuales, audiovisuales, interactivos, etc. La versatilidad y las posibilidades que ofrece son infinitas. El arte digital y las nuevas tecnologías crean un ecosistema dinámico y creativo enfocado a potenciar las estrategias de comunicación y marketing. Un ecosistema que busca conversión, basado en una planificación, una trazabilidad y unos objetivos.
Arte es lujo y dinero
El arte es un bien atemporal y esto lo convierte en un producto de culto. El arte es un lujo, es algo único, exclusivo, independiente de sus manifestaciones o técnicas, juega en mercados profesionalizados e institucionalizados. El arte es un producto de lujo y está donde está el dinero. Las herramientas tecnológicas nos permiten crear nuevos ecosistemas en torno al arte, crear nuevas estrategias y plataformas de marketing, acercar las obras a las personas a través de nuevas narrativas y espacios más lúdicos como exposiciones inmersivas o espacios virtuales, pero esto no significa que el arte deje de ser un producto de lujo. Quienes compran arte generalmente lo hacen por dos motivos: placer o inversión. En ambos casos la exclusividad suele juegar un papel protagonista.
Menos Like y más Love
Las redes sociales bien utilizadas pueden ir más allá de ser un simple escaparate, muchos artistas encuentran en ellas a sus coleccionistas o pueden ayudarles a crear sinergias con marcas o instituciones y amplificar sus roles más allá de la creatividad. Yo creo que el arte es arte, habla por sí mismo, se defiende solo y siempre encuentra su lugar. Debemos dar la máxima visibilidad a nuestro trabajo y presumir de lo que hemos conseguido con nuestros méritos. Pero también es igualmente importante dejar que nuestro trabajo hable por sí mismo, que nos sorprenda y encuentre un espacio propio que lo haga perdurar en el tiempo, que llegue a ser una representación duradera del capital cultural, social y simbólico, más allá del impacto pasajero de las modas. El arte debe ser un objetivo a largo plazo.
Hablar de arte, más allá del arte
Los discursos sencillos y entendibles son mucho más atractivos, crean cercanía e inspiran autenticidad. El el arte es arte, no busca nada, no compite con nada y habla por sí mismo. Cuando el público viene a ver mis exposiciones quiero que se lleve una historia bonita. Bien contada. Sencilla y colorista. Mis obras intentan llenar espacios con narrativas comprensibles, también acercar mi técnica y mis procesos creativos, porque el arte digital tiene un gran potencial más allá del arte y esa parte informativa es muy importante. Hay que explicarla, compartirla, incluso hacer que el público participe de ella. Compartir y explicar mi obra es mi muestra de respeto al público que se acerca a ver mi trabajo.
Versatilidad, creatividad, arte…
El arte digital me permite, presentar las motivaciones de mi trabajo de una manera muy versátil, a través de diferentes herramientas como los espacios inmersivos, la realidad aumentada o el metaverso, y a través de diferentes formatos. Al mismo tiempo, me posibilita dar a conocer las técnicas innovadoras con las que trabajo y que están cambiando los paradigmas del arte, creando nuevos ecosistemas cuyas combinaciones son tan infinitas como la propia imaginación del artista. Espacios pensados para informar, formar y entretener, donde cobran especial protagonismo las estrategias de marketing y comunicación. El público, en este tipo de arte que combina lo físico y lo digital, es un actor más protagonista que nunca de la obra: la observa, se sumerge en ella, reinventa y complementa sus narrativas, interactúas con sus mensajes, etc.. La aplicación de herramientas y procesos digitales, suponen una manera dinámica y divertida de hacerle llegar el concepto final, las motivaciones y el proceso creativo al espectador. Genera mayor utilidad, curiosidad y posibilita experiencias muy dinámicas y enriquecedoras que no paran de crecer.
Aumentando la realidad
Las herramientas digitales, como la realidad aumentada, permiten que las obras cobren vida. En este sentido, el espectador está frente a la dualidad de lo tradicional y lo vanguardista, incluso futurista. Los lienzos le invitan a reflexionar sobre esa versatilidad del arte digital, le permiten entrar en la obra de múltiples maneras, disfrutarla desde escenarios cambiantes, que recrean mil y una historias, que cambian de personajes, que crecen a lo largo del tiempo. Obras que están en un contexto físico determinado, pero que a través de la tecnología, también pueden dar el salto y descubrirse desde entornos virtuales y digitales. Esta multiplicidad enriquece la obra, diversifica sus formatos y sus contenedores, crea entornos diferentes en donde el público puede elegir qué versión o versiones le convencen más, le resultan más divertidas o útiles. Es la magia de la tecnología digital, que bien utilizada, aporta utilidad, enriquece y sorprende al espectador. Posibilita al artista las herramientas para hacer creaciones más dinámicas, fluidas, capaces de romper barreras espaciales y temporales, de entretejer historias y lugares, permitiendo que la obra de arte esté en cualquier espacio y en cualquier momento, siempre evolucionando, adaptándose y participando de los nuevos retos del arte digital. También pueden ser una potente herramienta de marketing, de comunicación y de divulgación: el arte que forma. informa y entretiene.
Nunca entenderé por qué nos empeñamos en hacer cosas pequeñas cuando se pueden diseñar obras espectaculares, hacer viajes espectaculares, crear historias espectaculares, imaginar mundos espectaculares, hacer que quienes nos rodean sean espectaculares. En un momento en el que todo cabe, reivindico hacer un mundo espectacular, reinventarlo infinitas veces a través del arte y la fantasía, ponerlo del derecho y del revés hasta que seamos capaces de darle un nuevo espacio, mágico y espectacular. OS ESPERO AQUÍ